Cuando las personas intentan perder peso, al parecer todo es válido. Y una de las dietas que ha adquirido mucha popularidad es la de realizar dietas basadas en el consumo de zumos de frutas. De forma innegable las frutas son alimentos saludables, pero esto no quiere decir que los zumos de fruta también lo sean y mucho menos que sirvan para perder peso.
Ahora te presentaremos todo lo necesario para saber derribar este tan popular mito.
¿Has pensando alguna vez en cómo se elaboran los zumos de fruta que consigues en el supermercado?
El proceso es el siguiente:
1. Exprimido de la fruta o frutas.
2. Almacenamiento del zumo en depósitos (durante meses) hasta su envasado.
3. Se añaden muchos azúcares y aditivos químicos para recuperar el sabor perdido durante el período de almacenamiento.
4. Envasado y puesta en venta.
Como podrás notar, el resultado es un zumo de fruta artificial con "sabor a zumo" debido a las sustancias químicas y todo el azúcar que se le han añadido antes de ser envasados. De igual forma, la fibra hallada en la pieza de fruta ya ha desaparecido.
Y si te preguntas, ¿qué sucede con los zumos envasados que afirman 100 % naturales y no concentrados? La respuesta es fácil, han sido elaborados de la misma manera que los otros zumos envasados, así que no son "exactamente" naturales.
Una vez que llegamos a este punto, podrás creer que aún existe un tipo de zumo que sí sea saludable: el zumo de fruta casero. Los zumos de fruta caseros son los mismos que tu elaboras en casa al elegir la fruta que te guste más y cuyo único ingrediente es la fruta, ¿verdad?
La verdad es que este zumo es algo más saludable que los zumos que se comercializan en los supermercados, pues mantienen pequeñas cantidades de vitaminas y minerales de la fruta. Sin embargo, el azúcar continúa en grandes cantidades y la fibra ya no se encuentra.
En conclusión, los zumos envasados no concentrados o concentrados, y los zumos de fruta caseros parecen tener más similitudes de lo que parecía.
Veamos a continuación por qué son tan perjudiciales y por qué no funcionan para aumentar o favorecer la pérdida de peso:
1. Están repletos de azúcar y no contienen fibra
Como ya hemos mencionado anteriormente, los zumos de fruta tienen grandes cantidades de azúcar y nada de fibra, lo que significa un inevitable daño para la salud.
En realidad, se ha confirmado que los zumos de fruta contienen prácticamente los niveles de azúcar que una bebida gaseosa.
Para que lo entiendas mejor:
Bebida gaseosa: 27 g de azúcar.
Zumo envasado: 23 g de azúcar.
Zumo natural: 21 g de azúcar.
Conociendo esto, al beber un vaso de zumo en realidad se consumen 6 cucharillas de azúcar.
2. No sacian el apetito
Los zumos de fruta se digieren y metabolizan más rápido que una fruta debido a la cantidad inexistente de fibra. Igualmente, no causan sensación de llenado, razón por la que es muy fácil consumir mucho zumo sin sentirse saciado.
Asimismo, el alto contenido de fructosa sobrecarga el hígado, el cual es el único órgano capaz de metabolizar esta sustancia, convirtiéndola en grasa acumulada en el hígado. Un exceso de fructosa aumenta el riesgo de obesidad y diabetes además de incrementar el colesterol.
3. Contienen calorías líquidas
Las calorías líquidas, así como su nombre lo dice, son calorías halladas en alimentos líquidos y muy distintos a las calorías sólidas.
Esta calse de calorías puede pasar por desapercibido ante el registro de calorías que realiza el cerebro, por lo que al consumirlas, se añaden a la cantidad de calorías totales que consumes.
Dicho de otra forma, las calorías halladas en los zumos no causan sensación de llenado y en consecuencia, tu cerebro no da la orden de reducir el consumo de otro tipo de alimentos para contrarrestar el número de calorías consumidas.
Del mismo modo, existen investigaciones que confirman que el consumo de zumos de fruta aumenta el riesgo de obesidad y diabetes.
Las frutas son muy nutritivas y pueden saciar el apetito, de esta forma contribuyen con la reducción del consumo de otros alimentos.
Solo en caso que tengas algún tipo de intolerancia a una dieta baja en carbohidratos, o de seguir una dieta cetogénica o baja en carbohidratos, su consumo es desaconsejado.
De ahora en adelante, evita los zumos de fruta y las frutas secas, y elige solo frutas enteras para conseguir los saludables beneficios de cada una de ellas.
Natalia Olivares
UYPRESS
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