"Se empezaron a acelerar gestiones a estados árabes, musulmanes no árabes y finalmente parecía que cualquier país le podía venir bien", salvo Uruguay, relató Mirza. Eso, consideró, es "una ofensa".
Además, contó que en algún momento Diyab manifestó su intención de quedarse en Uruguay pero luego lo rechazó. Mirza señaló que incluso el gobierno le propuso que su esposa e hijos vengan de visita "para que se den un abrazo y tengan el encuentro anhelado después de 15 años", pero lo rechazó. "No hubo forma de convencerlo", indicó.
"Tenía las condiciones materiales para que eso fuera así", relató al tiempo que dijo que vive en un apartamento subsidiado "con condiciones para alojar a toda su familia, cuatro dormitorios, dos baños, en pleno Centro de Montevideo". "Además del subsidio de cada refugiado, luego ajustado según el número de componentes del hogar", agregó.
La gota
Mirza contó en la entrevista en Océano FM que resolvió dejar su rol honorario como nexo, que mantiene con los otros cinco refugiados, luego de una conversación que mantuvo el martes.
Allí Mirza llevó respuestas a un petitorio que había hecho Diyab, en las que quedaba claro que no tiene impedimento para salir del país. Pero el exrecluso planteó otro requisito "fuera de lugar": que había gestionado una visa ante un país latinoamericano y Uruguay la había bloqueado. "Le dije que era ridículo", señaló. La conversación fue "vehemente", agregó.
"La sensación que me dio finalmente después de mes y medio es estar corriendo en una cinta sin fin", indicó.
Allí Mirza llevó respuestas a un petitorio que había hecho Diyab, en las que quedaba claro que no tiene impedimento para salir del país. Pero el exrecluso planteó otro requisito "fuera de lugar": que había gestionado una visa ante un país latinoamericano y Uruguay la había bloqueado. "Le dije que era ridículo", señaló. La conversación fue "vehemente", agregó.
"La sensación que me dio finalmente después de mes y medio es estar corriendo en una cinta sin fin", indicó.
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