La votación marcó una derrota para la empresa de Francisco Casal. No fue la primera, porque en 2011 ya había perdido parte de los derechos de TV (los partidos de la selección por Eliminatorias para el mercado exterior). Además, desde el 31 de diciembre perderá los derechos de imagen de los jugadores de la selección, y los derechos comerciales de los sponsors que acompañan a la celeste.
¿Eso quiere decir que el poder de Tenfield en el fútbol uruguayo como un todo esté en declive? Difícil de asegurarlo. Además de los derechos de las Eliminatorias para el mercado local, la empresa de Casal aún mantiene el nada despreciable negocio de los derechos de TV del fútbol uruguayo, y los tiene hasta 2025, luego de haber obtenido la renegociación el año pasado por parte de los clubes. Pero su poder de negociación en el fútbol local es aún mayor, por la conocida capacidad de la empresa de "prestamista" de los clubes, o sea, de lugar al que recurren cada vez que tienen deudas, que se suelen pagar sin interés pero sí con compromisos posteriores de no perjudicar los intereses de la empresa, como ocurrió con la mayoría de los clubes que el martes votaron en contra de la moción del Ejecutivo.
Esa calidad de prestamista no se limita a las deudas para empezar los torneos. Por ejemplo, en el caso de Peñarol, la inversión de US$ 7 millones que puso Tenfield para ayudar a construir el estadio Campeón del Siglo, derivó en la votación negativa de los aurinegros, y el reconocimiento del dirigente Marcelo Areco: "Tenfield es un socio importante para nosotros".
Sin embargo, una conclusuión indudable es que la empresaCasal no tiene el mismo poder que hace 10 años, por ejemplo. Ocho clubes, además de la Segunda Amateur y la organización del Fútbol del Interior, decidieron votar en su contra.
Tampoco tiene el mismo poder en la selección, donde se fue forjando una generación que se alejó del "padrinazgo" de Casal en la década de 1990 y fue marcando un estilo propio. Para eso influyó el liderazgo de Óscar Tabárez, que modificó las reglas y blindó a la selección.
Pero además, Uruguay tuvo una generación de jugadores que se fueron convirtiendo en estrellas globales, y con eso, alejándose de la lógica del fútbol uruguayo, donde todo, futbolistas y clubes, tienen algún grado de contacto con Casal y Tenfield, ya sea a favor o en contra. Los representantes de las estrellas de la selección –hoy, y en tiempos de Forlán y Lugano– pasaron a ser empresarios europeos, alejados de las realidades locales. Incluso pasaron a manejarse con empresas de marketing, como la que hace fuerza para recuperar sus derechos de imagen.
La obra de la selección generó un cambio sustancial del que saca provecho la Asociación Uruguaya de Fútbol. ¿Motivos? Se entendió que la mayor parte de las ganancias que produce la celeste deben corresponder a quienes las generan.
Así, Tenfield ya perdió un plato apetecible como las Eliminatorias para el mercado externo, y ahora está en camino a perder la camiseta, los amistosos de la selección, los derechos de los jugadores y los sponsors de la selección. Puede recuperar cada uno de ellos, aunque deberá pagar mucho más de lo que lo estaba haciendo. Quizás ese es el símbolo más claro de que, aunque seguirá siendo uno de los factores de poder claves del fútbol uruguayo, los tiempos están cambiando.
La televisión
Los derechos de las eliminatorias tuvieron grandes combates. Tenfield se valía de un contrato firmado por Figueredo en 1998 para dar por hecho que ya había adquirido los derechos de televisión. Pero el Ejecutivo en aquel entonces liderado por José Luis Corbo negoció y logró más dinero. Atrás vino Sebastián Bauzá con un nuevo concepto. Asesorado por la empresa BDO demostró que el contrato de las Eliminatorias era divisible. Y, pese al enojo de Casal que tuvo duros cruces con el entonces presidente de la AUF, se cambió. Esto permitió vender los partidos de local para el exterior y lograr que Full Play entregara a la AUF el resto de los partidos que fueron vendidos a Tenfield. Conclusión: se lograron cerca de US$ 10 millones más. El acuerdo lo terminó sellando Eduardo Arsuaga como mediador. Pero la guerra volvió a estallar años después para Rusia 2018 en el momento de auge de la celeste. La AUF obtuvo US$ 18 millones.
Amistosos
La empresa Tenfield tenía la prioridad para organizar tres amistosos de la selección por años y cobrar el cachet. Por si fuera poco los mismos eran acumulables.
La AUF le propuso a la empresa ser socios en los amistosos de la selección y que los juegos no podían ser acumulables. Esto liberò los juegos y permitió ingresos de dinero fresco.
Para colmo, los resultados hicieron de Uruguay un producto apetecible en los grandes mercados. Y la selección de Tabárez pasó de jugar con Irlanda, Egipto, Túnez y Arabia a hacerlo con las potencias como Francia, Holanda y Alemania.
La ropa
Es historia reciente y conocida. Debió venir una oferta de Nike de US$ 24,5 millones para que en Uruguay se tomara real conocimiento del valor de la camiseta celeste.
Hay quienes piensan que el tema no es la camiseta, sino quienes se la ponen. El presidente de Liverpool, José Luis Palma, declaró: "Nike está comprando la camiseta de Uruguay porque quiere la foto de Suárez con Nike en el pecho. El logo de Nike en el pecho de Suárez que llega a millones de chinos: China es el mercado donde más vende Nike".
Los dirigentes se inclinaron por decirle sí a la oferta de Nike pero Puma puede igualar la oferta y volver a vestir a Uruguay. Claro que pagando cinco veces más de lo que desembolsaba hasta ahora.
Los jugadores
El de la ropa no fue el único golpe que recibió Casal en los últimos días. Alguna vez el contratista afirmó tener "71 ahijados que son hijos de futbolistas". Ahora los jugadores salieron a pelear por sus derechos de imagen. Una carta del capitán Diego Godín golpeó duro en el ambiente. Habló de democratizar la AUF para "poder manejar sus recursos con independencia y potenciarlos. Solo así se librará del yugo de intereses ajenos y no seguirá vendiendo su rico patrimonio al bajo precio de la necesidad". A partir del 1º de enero de 2017 los jugadores quieren reglas nuevas. La Mutual negoció los derechos hasta fines de ese año por US$ 200 mil y teme acciones legales en su contra.
Pero el plantel se mantiene firme porque considera que son derechos que le corresponden. Es la batalla que se viene.
Fútbol local
Al margen de que Tenfield fue perdiendo terreno en el entorno de la selección uruguaya, a nivel local goza de un poder absoluto. Es dueña de los derechos de televisión del fútbol uruguayo hasta 2025.
La inmensa mayoría de los clubes le debe dinero ya que, cuando no tienen para cancelar las deudas que les impedirían competir, van a golpear la puerta de la empresa de Casal que les brinda el dinero. Eso permite extender contratos.
Asimismo, hay otro tipo de arreglos, como el de Peñarol, que justificó su voto en contra de la oferta de Nike al aducir que: "Tenfield es un socio importante para Peñarol. Y Puma es un socio importante para Peñarol; por eso Peñarol tiene que mirar sus intereses. Nuestra obligación es velar por los intereses de Peñarol", expresó el dirigente Marcelo Areco. Está claro, a fin de cuentas Tenfield o sea Paco Casal le financió buen parte de su estadio
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