Crónicas del Este ha recibido y recibe constantemente inquietudes de
toda la sociedad y en este caso específico, de un grupo de funcionarios
municipales que denuncian una gran corrupción en los manejos de ascensos
otorgados por la intendencia de Maldonado, dónde se indican casos
claros de favoritismo político y Nepotismo al máximo nivel.
A continuación detallamos la cruda carta recibida, donde se dan a
conocer nombres y cargos con ascensos de varios grados en algunos casos
por política y por parentesco.
Aquí está el texto recibido:
En el momento de la asunción del nuevo intendente éste ha dado a conocer
la integración de su gabinete, integración que de acuerdo a la
constitución y la ley tiene todo el de derecho de acuerdo a su leal
saber y entender.
Igualmente no deja de llamar la atención, el número de sus integrantes.
El gobierno saliente contaba en junio de 2015 con 78 cargos de
confianza, el nuevo gobierno constituido a partir del mes de julio elevó
esa cifra a 108 cargos, 30 más; lo que no deja de ser un mazazo, según
sus propios dichos, para las alicaídas arcas municipales de un millón de
dólares más por año.
Pero repetimos, estaba en todo su derecho.
La composición de este gabinete de gobierno es de lo más variada como
corresponde en una democracia, desde algunos parientes o futuros
parientes, dirigentes de Adeom, connotados integrantes de distintos
partidos y grupos políticos, pasando por la esposa de algún alcalde y el
hijo casi adolescente de otro, se supone se reúnen las condiciones de
idoneidad, para los cargos en el que se los designó.
Pero lo que debe preocupar a los funcionarios de la intendencia no es la
designación de los cargos de confianza, sino los ascensos, (¿ascensos?)
Que en la mayoría de los casos sin ningún criterio, han alcanzado a más
de 250 de sus compañeros en los últimos días.
En algunos casos, lo menos, esos ascensos (y no lo son, simplemente se
trata del pago de compensaciones) podrían deberse a vacantes que se
hubieran generado en el último tiempo y cuya cobertura se encontraba
pendiente.
Pero de una simple lectura de la nómina, queda claro que
mayoritariamente no es así, primó en la mayoría de los casos la afinidad
política, pago de favores, cuando no, el simple y llano nepotismo.
Recordemos la definición de este último término tan trillado: “trato de
favor hacia familiares o amigos, a los que se otorgan cargos o empleos
públicos, por el mero hecho de serlo, sin tener otros méritos”
VEAMOS LOS EJEMPLOS
Los directivos de Adeom afines al intendente Antía, la mayoría
integraron sus listas y compañeros de directiva de la actual Alcaldesa
Dina Fernández Chávez, pasaron a ocupar sin prueba de aptitud y violando
todas las normas establecidas a percibir retribuciones de jefes o
capataces.
Doris Gonzáles, Presidenta del sindicato e integrante de la FNM, de
auxiliar administrativa grado 7, al grado 11, como supervisora
administrativa.
Tomás Moreira, de oficial obrero grado 8, al grado 12 de capataz
General.
Walter Martínez de auxiliar administrativo grado 7, al grado 10 de jefe
administrativo.
Hugo Soria de inspector grado 7, a inspector subjefe grado 9.
Recordemos además que Carlos Medina, hasta hace poco Presidente de
Adeom, pasó a ocupar un cargo de confianza 10C, lo mismo que Luz Marina
Esteva, la tesorera en este caso al grado 9C.
A quien no le fue nada mal, es al funcionario Domingo Burgueño, operador
político del intendente e integrante de la lista 40 en las últimas
elecciones departamentales. Durante semanas recorrió las distintas
dependencias de la intendencia con un discurso sobre la recuperación de
la carrera. Ese trabajito tuvo su recompensa, pasó de auxiliar
administrativo grado 7, a supervisor grado 11 y su esposa Claudia Vera,
de auxiliar administrativo a subjefe grado 7.
Otro tanto ocurrió con Ricardo Silvera del grupo de Rodrigo Blas, que
pasó de auxiliar Administrativo grado 7 a supervisor administrativo
grado 11.
Héctor Díaz, auxiliar administrativo del municipio de Punta del Este
durante la gestión de Laventure, pasó del grado 7 a Director de División
grado 13 y por las dudas, su esposa Lilián Olivera de auxiliar
administrativa grado 7 a Subjefe grado 8.
Juan Barragán, esposo de la edila Zumarán de auxiliar administrativo, al
grado 8 (Subjefe).
Apareció nuevamente el Facha. ¿Se acuerdan? Después de años de comisión
en otras intendencias, tiempo que usó para hacer política en Maldonado,
Juan Márquez tuvo un saltito de tres grados y pasó de administrativo
grado 4, al grado 7.
El entorno más cercano del nuevo director General Higiene también tuvo
su recompensa, su esposa Inés Cardoso pasó de auxiliar administrativa
grado 7, a subjefe grado 9 y su cuñado Alberto Cardoso, del grado 9 del
escalafón obrero, al 12 capataz General.
Otro familiar o directores generales para no ser menos, también tuvieron
su movida: la esposa del director General de Administración María
Sánchez, pasó de auxiliar administrativa grado 7, al grado 11 como
supervisora. Lo mismo ocurrió con la hija del director de Obras, Leticia
Bentancur, que tuvo el mismo cambio, del 7 al 11.
Además, la esposa del diputado Nelson Rodríguez, seguramente para que no
haya lío con las anteriores, pasó al grado 11.
Si de parientes se trata, el esposo de la actual alcaldesa de Maldonado y
ex Presidenta de Adeom, Darío Méndez pasó de sobreestante grado 8, a
director grado 13.
Ahora sólo cabe preguntarnos lo siguiente:
¿Con quien negociarán el nuevo convenio salarial que regirá por los
próximos cinco años si los integrantes de Adeom ya solucionaron sus
respectivos temas personales?
¿Estarán seguramente realizando sus árboles genealógicos para descubrir
algún parentesco que no conocían y les dé acceso a una compensación?
En fin, esta historia ya la conocemos, la vivimos en 2003. Es la misma.
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