Que entre el pasado sábado y ayer se haya
confirmado 1 solo caso de dengue autóctono tiene desconcertados a los
epidemiólogos, que aseguran que tras un caso es inevitable un brote y no
hay registro en la literatura internacional especializada de un caso
autóctono aislado como el que, hasta el momento, se ha constatado en
Uruguay.
Especialistas consultados por El País explicaron los
brotes de dengue son "explosivos" y presentan gran cantidad de casos.
Ante esto, cabe la posibilidad de que existan casos sin detectar o que
el diagnóstico del caso de la joven de Pocitos, pese a que dio "muy alto
riesgo", no sea confirmado en Puerto Rico. Dicha muestra llegará al
Uruguay a fines de la semana próxima.
No obstante, si bien la confirmación no es de cien por
ciento, el constatar el "muy alto riesgo de dengue" obliga al Ministerio
de Salud a activar todos los protocolos. "No podemos estar dos semanas
esperando la confirmación de una muestra sabiendo que es muy probable
que sea positiva, hay que actuar", se explicó a El País desde el
Ministerio de Salud Pública. Esperar implica un alto riesgo de que el
brote se propague. Mientras, las fumigaciones selectivas continúan.
Tul y mosquitero.
Entre enero y el 15 de febrero las autoridades
sanitarias registraron 118 casos sospechosos de dengue. De ellos, 53
eran importados y nueve dieron positivo. Los restantes 65 eran
sospechosos de dengue autóctono, y se confirmó uno. Ayer se supo que a
una cuadra de donde reside la paciente de Pocitos se había confirmado un
caso de dengue importado. El martes, en tanto, el Hospital Maciel
descartó el caso de una mujer del barrio Jardines del Hipódromo que
pareció en determinado momento que podía tener dengue. El Maciel es el
hospital designado por ASSE en la zona sur del país para recibir a todos
los pacientes que contraigan el virus.
La situación sanitaria del país
fue analizada ayer en una reunión que mantuvieron el ministro de Salud,
Jorge Basso y la subsecretaria Raquel Lustemberg con el Consejo de la
Facultad de Medicina de la universidad estatal.
Todos los hospitales y sanatorios tienen la obligación
de tener una sala con mosquitero y una cama con tul y disponer de
repelente para todo el personal que se deberá aplicar en caso de que
ingrese un paciente con dengue.
El dengue constituye una de las infecciones virales
transmitidas por artrópodos más importantes. Aproximadamente la mitad de
la población mundial está en riesgo y se producen entre 50 y 100
millones de infecciones al año, de las cuales 500.000 son casos graves.
El 95% de los casos de dengue corresponde a niños menores de 15 años, de
acuerdo a un trabajo de Susana Otero Romero, del Servicio de Medicina
Preventiva y Epidemiología, del Hospital Universitari Vall dHebrón, de
la Universidad Autónoma de Barcelona, España.
Están en fases de desarrollo preclínica y clínico
diversas vacunas para enfrentar el dengue. De ellas, la que se
encuentra más avanzada en el proceso es una vacuna atenuada tetravalente
quimérica desarrollada a partir del virus vacunal de la fiebre amarilla
(CYD-TDV) que se ha probado en América Latina y Asia.
En Uruguay el Ministerio de Salud tiene 10 muestras
cada 48 horas de posibles casos de dengue para analizar. El ministro
Basso especificó que cada vez que a un paciente se le hace la prueba por
dengue, también se le realiza para determinar si tiene virus "zika"
(que en Brasil ha provocado casos de microcefalismo) o "chikungunya".
Basso explicará hoy la situación al Congreso de Intendentes.
El Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) y el de
Salud Pública (MSP) buscarán regular el precio de los repelentes para
que el producto sea accesible a toda la población. Lustemberg, informó
que su cartera trabaja "con los importadores y quienes fabrican el
repelente en el país para evitar sobreprecios, porque la venta del
producto se dispara y todos debemos ser muy conscientes en esta
situación". El MSP analiza la posibilidad de brindar repelentes de
manera gratuita a personas que viven en contextos vulnerables.
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