En la madrugada de hoy, murió la actriz uruguaya Dahd Sfeir (Montevideo, 20-07-1932 - Ib., 17-08-2015) como consecuencia de una complicación tras una intervención quirúrgica. Figura de referencia del teatro uruguayo durante décadas, "Ducho" estuvo apartada de la escena por causas de salud hasta que meses atrás regresó a las tablas con la obra Conversaciones con Mamá, en el Teatro Stella, acompañada de "Coco" Echagüe. Sus restos serán velados en Martinelli (Canelones y Barrios Amorín) a partir de las 10 de la mañana.
Nacida en una familia de origen libanés, en su infancia fue vecina del poeta español exiliado Rafael Alberti. Se inició en el Club de Teatro creado por Taco Larreta.
Estudió teatro en la Escuela Municipal de Arte Dramático (hoy Escuela Multidisciplinaria de Arte Dramático), teniendo por profesora a Margarita Xirgú.
Fue prohibida por la dictadura militar uruguaya, exiliándose junto a su marido Carlos María Gutiérrez en Venezuela entre 1973 y 1985, en Cuba y Suecia.
En 1996 recibió el Premio Helen Hayes en Washigton, por la producción musical Mano a Mano.3 Actuó también en Italia y España en un espectáculo sobre Mario Benedetti.
Actriz de gran trayectoria, de jovencita se destacó en dos compañías de renombre: Club de Teatro y Teatro de la Ciudad de Montevideo.
En la primera de ellas actuó en Medea, la encantadora, de José Bergamín, quien escribió este título para ella, que luego lo representó en España, cuando el dramaturgo volvió a su país.
También de joven actuó en el Teatro El Galpón, luciendo su delicadeza en obras de gran lirismo como Las tres hermanas, de Chejov, bajo dirección de Atahualpa del Cioppo. Otro de sus trabajos del primer tramo de su carrera fue en ¿Quién le teme a Virginia Woolf?, de Edward Albee, que bajo dirección de Antonio Larreta le valió en 1965 el Premio Florencio.
Tras los éxitos, el exilio.
El Teatro Circular fue otra de las compañías a las que estuvo ligada: allí hizo en 1971 Los fusiles de la Patria Vieja, un espectáculo de fuerte impacto político que con dirección de Omar Grasso abordó la obra de Brecht.
Tras el golpe de Estado de 1973 marchó al exilio (Venezuela, España y Suecia). Regresó a Uruguay en 1985 y desarrolló su carrera dentro y fuera de fronteras.
Obtuvo gran éxito con Mano a mano, espectáculo que realizó junto a Alberto Candeau en el Teatro del Notariado. Se convirtió en una de las notables recitadoras locales, lo que le abrió las puertas de festivales europeos dedicados al relato oral y a las distintas formas del decir, especialmente en España.
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