Un millonario, padre de dos jugadores mediocres de mi religión futbolística nacional, con alguna tímida participación política en los sectores conservadores de ambos partidos fundacionales, poco conocido en los medios, y con una exitosa carrera empresarial, pasa en tres meses de ser la
Nada políticamente hablando a ser un referente de la política departamental, con una bancada de nueve ediles, y más votos que ambos partidos tradicionales
sumados.
El Gestor es un señor que hace política pero que tiene un discurso anti-política, del mismo tono (quizás más empresista) que la de todos los experimentos anti-políticos pero a la vez políticos que hubo en diversos lugares del mundo y con distintos relatos ideológicos, pero con un mismo final: un fracaso absoluto.
Y El Gestor convenció a mucha gente que el tiempo de la política en lo departamental (y por qué no en lo Nacional?!) se había terminado, había llegado la hora de la Gestión (léase administración), como quién ha llegado a la distante y soñada Utopía, donde la política desaparece rápidamente para dar lugar a la sencilla y cansina administración de las cosas. No importa lo que hagamos ni para qué lo hagamos, el tema es hacerlo bien, efectiva y eficazmente cual un manual de administración.
Y mucha gente lo acompañó. Así, El Gestor reclutó a buena parte de los Partidos Tradicionales y les convenció de que le acompañaran a gestionar la ciudad. Y claro, son dos Partidos políticos que últimamente hacen cosas muy raras, Generan un Partido Político llamado Concertación, pero se apuran en aclarar que no es un Partido, que es una coalición, entre dos partidos
políticos que resultan masacrados por un hombre desconocido cuyo único atributo conocido es que tiene es mucho dinero.
El Partido Colorado, luego de una magistral puesta en práctica de una inteligencia política casi sobrehumana, queda sin representación política en la Junta Departamental de Montevideo, y el Partido Nacional es derrotado por El Gestor y sus nóveles huestes que aparecen victoriosas pero sin saber muy bien qué hacer, a quien dirigirse, a quien serle fieles, y con una precaria estructura política perteneciente a algunos grupos colorados pro magurnistas-sanguinetistas.
Sorprende que los Partidos Tradicionales se equivoquen tanto, y que hagan cualquier locura esperando tener éxito en su obsesivo y precario cometido universal: sacar al Frente Amplio del gobierno.
Pero sorprende más aun, que nuestros ciudadanos hayan acudido al canto de sirena de El Gestor, como si aquí en el país de América del Sur con una democracia de las más estables del continente y con un sistema de partidos sólido y fuerte a lo largo de casi dos siglos, no hubiéramos aprendido el peligro político que traen tras de sí los grandes salvadores, los hombres imprescindibles, los líderes augurales y mesiánicos, que han azotado a toda América Latina a lo largo de su Historia.
Sólo los sistemas políticos con partidos fuertes, con sistemas de partidos afincados y desarrollados en la sociedad, son garantía de una democracia fuerte, solidaria y justa. Las organizaciones políticas y no los líderes son el sustento último de un sistema político.
Y claro, todo esto sucede ante, la mirada atenta, sonriente, tranquila y distante de un Frente Amplio cada vez más consolidado y sin rivales en el horizonte cercano.
Semanario Voces
No hay comentarios:
Publicar un comentario