3 policías resultaron heridos entre el martes y miércoles en Montevideo, en distintos episodios que muestran la fuerte resistencia de la delincuencia hacia las fuerzas de seguridad en los barrios periféricos.
El primer caso fue el de una mujer policía en el barrio Casabó, que recibió un disparo en un ojo. El segundo, un policía que fue atacado por una veintena de mujeres en el barrio Marconi, y mordido por un perro pitbull. En el último caso, ocurrido ayer, un agente recibió un disparo en un muslo y otro en una mano, en un intento de rapiña a una estación de servicio de Punta de Rieles.
El episodio del barrio Marconi es el que mejor ilustra el asedio al que se ven sometidos los uniformados en ciertas zonas de Montevideo convertidas en feudos de la delincuencia.
En la noche del martes, una veintena de mujeres logró liberar a un individuo que había sido capturado por efectivos policiales tras una intensa persecución a un auto con matrículas falsas.
A bordo del vehiculo robado viajaban 5 personas. En determinado momento, los ocupantes bajaron del auto y comenzaron a disparar contra la policía.
Uno de los delincuentes fue detenido, pero en esos momentos más de veinte mujeres del barrio comenzaron a agredir a los efectivos logrando que el detenido pudiera escapar. Éste entró a una casa y soltó a un perro que atacó a uno de los efectivos mordiéndolo en la pierna derecha. Estos animales son utilizados para evitar que la policía pueda ingresar a casas de malvivientes.
Esa misma noche, en el barrio Casabó, la agente de 1ª Carla Moreira (37), madre de tres hijos, fue herida en un ojo por dos delincuentes que quisieron rapiñarle su arma y chaleco antibalas.
No se trata del primer caso en el que rapiñeros tratan de asaltar a policías uniformados. En diciembre pasado, otro agente fue herido de bala en el Cerro para robarle el arma y el chaleco antibalas cuando bajaba de un ómnibus de la Línea L, según informó el Sindicato de Funcionarios de Policía de Montevideo (Sifpom).
El miércoles, en tanto, otro policía recibió dos disparos, en un muslo y en una mano, en un intento de rapiña a una estación de servicio de Punta de Rieles. Se trata de un cabo, que trabaja para el programa Bus Seguro. Fue atendido en el lugar por personal médico y derivado al Hospital Policial.
Seguridad pública, delincuentes chocan contra la Policía, Zona IV, Cerro, Casabó.
En medio de estos ataques, la Policía reaccionó realizando diversos procedimientos. Efectivos de la Zona IV fuertemente armados practicaron un total de 10 allanamientos en el Cerro y Casabó buscando a los autores y las armas utilizadas en la rapiña contra la agente Moreira. Entre los detenidos hay dos personas heridas que se sospecha que fueron los protagonistas del asalto a Carla Moreira.
En los allanamientos, los policías también procuraban encontrar a los delincuentes que realizaron múltiples atracos a motociclistas para robarles los vehículos en el Cerro y las zonas aledañas.
"Estamos tratando de atacar las rapiñas y los homicidios en estos barrios. Ya tenemos varios asesinatos aclarados", dijo un oficial de la Zona IV al diario El País.
Además, efectivos de esa zona buscan las armas utilizadas por integrantes de tres bandas de narcos que pugnan por territorios en el Cerro, Casabó, Cerro Norte y La Teja, entre otras zonas del oeste de Montevideo.
No es la primera vez que la Policía debe enfrentar verdaderas asonadas en esos barrios, protagonizadas por vecinos y mujeres familiares de delincuentes y presos.
El mes pasado, unos 15 policías de la Zona IV debieron replegarse cuando pretendían ingresar a las viviendas de Los Palomares, en Cerro Norte, donde había ocurrido un asesinato.
Decenas de vecinos, en su mayoría jóvenes y mujeres, algunos exhibiendo armas y en posición amenazante, se opusieron a la presencia policial.
Disparos, pedreas y asonadas de vecinos para evitar detenciones y allanamientos en barrios periféricos
En octubre del año pasado, policías declararon en una sede penal que tienen cada vez más dificultades para ingresar a barrios como Marconi, 40 Semanas y el Borro. A mediados de ese mes, efectivos policiales recibieron pedreas generalizadas, dos móviles fueron rotos y les soltaron perros Pitbull.
"Es cierto lo que dijeron los policías en el juzgado: tenemos dificultades, pero tratamos de resolverlas. Si no podemos entrar con cinco policías, vamos con 10 o con 1.000. Pero la Policía, que es la cara visible del Estado, entra en todos los barrios".
Así se refirió el entonces jefe de la Zona III, inspector José Luis Roldán sobre los últimos allanamientos efectuados por la Policía en barrios periféricos. En el Juzgado Penal de 18° Turno, los policías insistieron en que cuando hacen detenciones en zonas rojas de Montevideo, como Borro, 40 Semanas o Marconi, deben salir rápidamente del lugar porque comienzan a llover pedradas contra ellos y los móviles policiales. A principios de octubre del pasado, a instancias del Juzgado Penal 18° Turno, efectivos de la Seccional 12° realizaron un allanamiento en el Marconi donde también sufrieron pedreas.
En ocasiones, cuando las pedreas o los obstáculos que colocan los vecinos son de entidad, la Policía se repliega. En varias oportunidades, el ministro del Interior, Eduardo Bonomi y el director de Policía, Julio Guarteche, afirmaron que ese enfrentamiento de vecinos hacia fuerzas policiales se debe a un proceso de feudalización ocurrida en barrios periféricos donde traficantes quieren sustituir al Estado y dictar sus propias normas. Muchos vecinos trabajadores que viven en esos barrios no realizan denuncias o soportan las directivas de narcos por temor a represalias contra ellos y su familia.
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