Medhi Nemmouche, cuyo nombre yihadista es Abu Omar, autor del atentado en el Museo Judío de Bruselas de mayo pasado, pretendía atentar contra el Desfile Nacional del 14 de julio en los Campos Elíseos. Esta información, publicada este pasado lunes en exclusiva por el periódico francés Libération, tiene su origen en la investigación emprendida tras el atentado belga, el 24 de mayo, en el que murieron 4 personas. Nemmouche, francés de origen argelino, fue detenido 6 días más tarde y 4 periodistas franceses secuestrados en Siria le han identificado como su cruel carcelero.
A pesar de la detención, las autoridades francesas reforzaron la seguridad en los Campos Elíseos el pasado 14 de julio por temor a que cómplices de Nemmouche pusieran en marcha el atentado sin él. Fuentes judiciales aseguran que no hay una investigación oficial abierta sobre ese supuesto atentado en la más famosa de las avenidas parisinas.
El perfil de Nemmouche, de 29 años, responde al estereotipo de combatiente europeo enrolado en la yihad y extremadamente radicalizado. Formado en el manejo de armas y explosivos, según un experto en la lucha antiterrorista, ha sido carcelero y torturador del Estado Islámico y, una vez de vuelta a casa, atentó supuestamente contra el Museo Judío de Bruselas.
A renglón seguido, acariciaba “un proyecto terrorista de envergadura”, un golpe mortal en el corazón de París. Según sus propias palabras, explica Libération citando fuentes de la lucha antiterrorista, Nemmouche-Abu Omar, había bautizado su proyecto de los Campos Elíseos como un ataque a la “Merah potencia 5”. Mohamed Merah, uno de sus héroes, es otro excombatiente francés del yihadismo que atentó en marzo de 2012 en Montauban y Toulouse (Francia) contra militares y una escuela judía matando en total a siete personas, entre ellas, tres niños.
Durante el fin de semana, varios medios franceses han desvelado que cuatro periodistas franceses, liberados en abril tras diez meses de cautiverio, ya habían identificado a Nemmouche como uno de sus carceleros. Tales testimonios, hasta ahora solo en manos de las autoridades por motivos de seguridad, han sido confirmados por el ministro del Interior Bernard Cazeneuve.
Según el relato de uno de los periodistas, Nicolas Hénin, recogido por Le Point, Nemmouche era miembro de un pequeño grupo de franceses que se dedicaba a aterrorizar a los cincuenta prisioneros sirios detenidos en celdas vecinas. “Cada noche, los golpes llovían en la sala en la que yo mismo había sido interrogado. La tortura duraba toda la noche, hasta el rezo del alba. A los gritos de los prisioneros a veces respondían con expresiones en francés”.
Uno de los periodistas secuestrados, Didier François, de Europe 1, ha alertado en Libération sobre las consecuencias de la publicación de los nuevos datos. “Es peligroso”, ha dicho. “Supone un auténtico problema para la investigación en curso, para los testigos y para los rehenes que siguen allí”… “De paso, va a permitir a los terroristas protegerse mejor”. François, no obstante, hablaba esta mañana en la radio y calificaba a Nemmouche de persona especialmente cruel.
Libération incidía esta mañana en este asunto. Le retrata como cínico y megalómano, un hombre al que sus compañeros yihadistas se veían obligados en ocasiones a proteger a los rehenes de la violencia de Nemmouche. Maltrató y golpeó a Nicolas Hénin y se ensañaba muy especialmente con Didier François, del que sospechaba que pertenecía a la Dirección General de la Seguridad Interior. Delincuente común antes de enrolarse en la yihad, Nemmouche-Abu Omar, cantaba cuando no torturaba y profería constantemente comentarios antisemitas.
“A esos pequeños judíos, les tiraré bien de la coleta antes de cargármelos”, decía.
Nemmouche fue detenido en un control rutinario el 30 de mayo en Marsella (Francia). La policía halló entre sus pertenencias un kaláshnikov similar al utilizado en el Museo Judío, un revolver del calibre 38 y, entre otras cosas, una cámara GoPro con la que pretendió filmar su atentado de Bruselas. La cámara le falló.
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