Como era de esperar, Niko Kovac, seleccionador de Croacia, se quejó de la actuación del colegiado japonés Yuichi Nishimuri, quien le regaló a la selección de Brasil un increible penal, que les permitió dar vuelta el partido que estaba hasta ese momento empatado y perfectamente controlado por la selección croata.
El discurso del seleccionador croata fue durísimo: "Haríamos mejor en rendirnos, hacer las maletas e irnos a casa. Es una vergüenza. Hablan de respeto y a Croacia no le tienen respeto. Si eso fue un penalti, no necesitamos jugar más al fútbol.
El arbitraje fue sumamente tendencioso. Favoreció en todo momento a Brasil. La culpa es mía por no advertir sobre el peligro del arbitraje, por no recordarle los millones de personas que lo verían".
"Si ha sido penalti, esto era baloncesto y no fútbol. Es una vergüenza. El árbitro tenía unas reglas para Brasil y otras para nosotros. Si empezamos a pitar penaltis así, habrán mil y esto se va a convertir en un circo". La protesta de Kovac podría costarle un expediente al menos de la FIFA.
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