En el día de ayer canal 5 de Montevideo procedió a emitir nuevamente una estremecedora película del año 2007, del director polaco Andrzej Wajda, su nombre Katyn. Este film relata una de las terribles matanzas de la 2da. Guerra Mundial, la de 22.000 polacos capturados por las tropas rusas y asesinados luego por orden de uno de los mayores criminales que registra la historia del planeta, el Zar José Stalin, con la complicidad de los gobiernos yanqui y británico. Los criminales suelen ayudarse entre ellos.
En abril de 1943 los nazis anunciaron que habían descubierto unas fosas comunes que albergaban a unos 8.000 oficiales polacos que habían sido tomados como prisioneros de guerra durante la invasión soviética de Polonia de 1939 y habían sido asesinados entre abril y mayo de 1940 por los soviéticos, del mismo modo que en las masacres de Járkov y de Kalinin (Tver), por orden directa del Comité Central del Partido Comunista de la Unión Soviética, intentando eliminar así a la mayor parte de los oficiales del ejército polaco.
En Oswiecim (Auschwitz) están expuestas unas copias de las actas de la reunión en la que se tomó la decisión de la masacre. Las fosas se ocultaron mediante la plantación de árboles y contó con la complicidad del gobierno yanqui, que decidió no difundir información sobre el
Los alemanes invitaron a la Cruz Roja Internacional a visitar el sitio, y se confirmó que las fosas contenían los cadáveres de oficiales polacos que habían sido asesinados con armas soviéticas.
El gobierno soviético dijo que los alemanes habían fabricado ese descubrimiento, intentando, por todos los medios a su alcance, acusar a los militares alemanes de la masacre, para evitar conflictos con sus aliados occidentales y, especialmente con el Primer Ministro del Gobierno de Polonia en el exilio y Comandante en jefe de las Fuerzas armadas polacas, el general Wladyslaw Sikorski.
Los otros gobiernos aliados, por razones diplomáticas, aceptaron formalmente la excusa soviética, pero el Gobierno de Polonia en el exilio rehusó hacerlo. Stalin endureció entonces las relaciones con el Gobierno de Polonia en el exilio. Sikorski, ampliamente reconocido como el líder exiliado polaco más capaz, resultó muerto en un misterioso accidente aéreo, en Gibraltar, en julio de 1943, imputado por algunos historiadores a agentes británicos o soviéticos.
En total fueron unos 22.000 ciudadanos polacos, muchos de ellos sacerdotes e intelectuales los que fueron asesinados en lo que posteriormente se llamó la masacre de Katyn (los polacos la denominan la felonía de Katyn).
También se encontró allí gran número de las primeras fosas comunes de víctimas del sistema soviético, como si el bosque de Katyn hubiera sido usado durante
mucho tiempo como un lugar de ejecución.
Las víctimas eran, sobre todo, ciudadanos importantes del estado polaco: oficiales de Fuerzas Armadas Polacas y de policía, funcionarios de administración pública y representantes de la élite intelectual y cultural de Polonia. Murieron enterrados en tumbas masivas anónimas en por lo menos cinco lugares dentro del territorio de la Unión Soviética. Los prisioneros de tres campos especiales de la NKVD fueron transportados por ferrocarril en los
meses de abril y mayo de 1940 a los lugares de ejecución: Katyn (campo de Kozielsk), Kalinin- (campo de Ostashkov) y Járkov (campo de Starobielsk). Los asesinados en Kalinin fueron enterrados en Miednoje. Otros, retenidos en los cárceles, fueron asesinados e inhumados en lugares ignorados hasta ahora: tan sólo se conocen dos sitios de las anteriores repúblicas soviéticas de Bielorrusia (Kurapaty, cerca de Minsk) y Ucrania (Bykivnia cerca de Kiev).
Igualmente 10.000 funcionarios soviéticos fueron fusilados y sepultados allí en fosas comunes entre 1936 y 1938.
Fuente de datos: Wikipedia y otras
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