sábado, 13 de abril de 2013
GUARDIA REPUBLICANA: HAY QUEJAS SOBRE ALGUNOS DE SUS INTEGRANTES
La intervención del cuerpo de Guardia Republicana en un partido de básquetbol y en otro de fútbol en menos de una semana, despertó fuertes críticas de dirigentes de Aguada e hinchas de Nacional. Las críticas no son generales, si no por la actitud de algunos funcionarios de ese cuerpo de policía militarizada. Como en toda organización se pueden registrar fallos, lo importante es que las jerarquías tomen nota de ellos y procedan a resolverlas.
El director técnico de Aguada, Javier Espíndola, llegó en la tardecita del sábado al Palacio Peñarol, un rato antes de que empezara la tercera semifinal contra Malvín, acompañado por sus dos hijos y con una botella de Coca Cola Light en la mano. Un guardia de la Guardia Republicana le dijo que no podía ingresar con la botella al estadio.
Espíndola le explicó que era el técnico del equipo, que sufre diabetes y que, por eso necesita ingerir ese tipo de bebidas por su enfermedad. Le señaló, además, que adelante de él había ingresado el equipier del club, con 30 caramoñolas llenas de líquido. El policía insistió y le pidió que se tomara el líquido o lo dejara afuera, que así no podía entrar.
Sobre lo que pasó después, hay dos versiones.
El agente dice que Espíndola reaccionó 'tirándole las botellas” al grito de 'milico hijo de puta, negro de mierda, te voy a cagar a palos', explicó el jefe de la Guardia Republicana, Robert Yroa, a Subrayado.
Estas expresiones que se dice provinieron de una persona tan correcta como el DT de Aguada suenan muy extrañas y por otro lado, alguien en su sano juicio le diría a un 'ropero' de la G. Republicana que lo va a 'cagar a palos' ? sería un chiste.
Espíndola dice que tiró la botella al piso y, al pasar por la puerta junto a sus dos hijos, soltó un insulto al viento: 'Giles de mierda'.
La Policía intentó esposarlo en ese momento, pero dirigentes de Aguada intercedieron y convencieron al jefe del operativo que eso solo provocaría un clima hostil en la tribuna. El jefe del operativo decidió detenerlo al finalizar el encuentro, que Aguada perdió 87 a 77. Espíndola pasó la noche detenido en la seccional 3a y por la tarde fue a declarar ante el juez Ruben Saravia y la fiscal Adriana Umpiérrez.
El agente lo había denunciado por desacato y racismo. Pero la fiscal pidió archivar la causa, porque no había pruebas suficientes para procesarlo, y el juez resolvió dejar en libertad al entrenador.
Aguada propuso la declaración de un testigo clave en el episodio: un magistrado en lo penal que integra el Tribunal de Penas de la Federación Uruguaya de Básquetbol que, según dirigentes de Aguada, respalda la versión de Espíndola y desacredita la de la Republicana. La fiscal y el juez, de todas maneras, ni siquiera lo citaron.
El episodio generó molestias en la institución. 'Es una cosa increíble, un atropello. Resulta excesivo que una persona pase una noche en el calabozo por un insulto. Si querían que declarara, lo citaban un miércoles. Falta sentido común', dijo Hugo Rodríguez, dirigente de Aguada, a El Observador.
Según Rodríguez, un agente de la Republicana suele provocarlos en cada partido. 'Ustedes tengan cuidado porque son todos iguales', les dice al ingresar a los estadios. 'La Republicana es un cuerpo que está preparado para actuar en Corea del Norte', agregó el dirigente.
Consultado acerca de si la institución tomará medidas, respondió: 'Vamos a entrenar duro para tratar de ganar el próximo miércoles'.
Fuentes del Ministerio del Interior dijeron al diario El Observador que la cartera no ha recibido ninguna denuncia por parte de las instituciones acerca de presuntos excesos de la Guardia Republicana. 'Si recibimos denuncias, las investigamos', agregó la fuente.
En tanto, el portal de la hinchada de Nacional, Decano.com, difundió un video en su página web en el que se ve a 2 policías montados de la Guardia Republicana atropellando a hinchas tricolores que esperan ingresar al Centenario. El episodio sucedió la semana pasada, cuando Nacional enfrentó al club Toluca de México.
El ministro del Interior, Eduardo Bonomi, destituyó al director de la Guardia Republicana luego del partido entre Peñarol y Vélez, en el que hubo varios incidentes. 'El operativo fue bien planificado por la Jefatura de Policía de Montevideo' pero 'mal bajado a tierra para concretarlo y peor conducido', dijo el ministro tras el encuentro y, de inmediato, anunció la destitución de Bruno Nogueira. A fines de marzo asumió su sustituto, Rovert Yroa.
Bonomi definió a la Guardia en el acto de asunción como 'un cuerpo de policía militarizada, pero no una unidad militar'. 'Cada día se hace más necesaria la presencia de la Guardia en la calle donde la gente sufre los problemas de seguridad y violencia', agregó Bonomi, quien resolvió que dejara de ser una unidad de la Jefatura de Montevideo, para ser una unidad de alcance nacional.
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