Entrevistado en el programa En Perspectiva de radio El Espectador de Montevideo, el arquitecto uruguayo Héctor Vigliecca, socio – director del Estudio Vigliecca & Asociados, relató el proceso y la experiencia que fue reformar y actualizar el mítico estadio Arena Castelao de Fortaleza, Brasil.
El Mundial de fútbol 2014, que tendrá lugar en Brasil, viene jugándose desde hace tiempo con la construcción a contra reloj de los nuevos estadios. En ese partido, el mes pasado un uruguayo se ganó un importante reconocimiento: Héctor Vigliecca.
A los 72 años, Vigliecca lideró un equipo que obtuvo un triunfo muy importante: junto con su estudio de arquitectos, diseñó el estadio que fue el primero en inaugurarse.
Se trata del Arena Castelao, ubicado en la ciudad de Fortaleza, en el Estado de Ceará, al norte de Brasil, que será una de las sedes del Mundial de 2014 (albergará seis partidos) y antes, en junio de este año, de la Copa de las Confederaciones (tres partidos).
Un estadio para 65 mil espectadores, con la tecnología más actualizada, y que será apto para deportes y también para espectáculos musicales y artísticos en general.
“Son 165 mil metros cuadrados, pero han sido casi 4 años de trabajo en donde un 10% fue de creación y el 90% de sudor. El cliente no es un cliente, son varios, es el Gobierno, es el Comité Organizador local, la FIFA, la Secretaria de Deporte y la gente y luego un ejército de ingenieros que ha trabajado. Dentro del proyecto actuaron varios uruguayos”, relató el reconocido arquitecto.
Vigliecca manifestó que en su profesión “todos los días se esta aprendiendo”. “No hacemos estadios todos los días, hacer una reforma de un estadio de los años 70 con los criterios del circo romano es mucho mas difícil que hacer un estadio nuevo”, dijo.
“Existe una cuestión psicológica y política" que hace que "este estadio está en el imaginario de una ciudad", por lo cual "su destrucción podía significar un punto negativo desde lo político”. A esto se suma que “hay un concepto equivocado de que una reforma es mas barata que un proyecto nuevo”.
Más allá de que se respetó la base de la estructura original, “alguna de las tribunas se dinamitó" porque "llegó un momento en que la estructura existente no permitía colocar todas las exigencias de la FIFA, aunque el estadio era muy moderno para su época”.
“Conseguimos dejar la mayor parte de las tribunas porque tenia una inclinación bastante adecuada. Este estadio fue una imitación de un estadio de México que estaba actualizado para la época y por eso las visuales del campo eran tan buenas, elemento que hoy es muy importante en la construcción de los estadios”, aseguró el arquitecto.
Interrogado sobre cuales fueron las normas de la FIFA a tener en cuenta al momento de levantar el renovado escenario deportivo, un poco en broma y otro poco en serio, Vigliecca contestó: “Las normas de FIFA marcaron toda la tarea, son casi una Biblia de una complejidad bastante grande”.
”Primero hubo que asegurar una visualización perfecta del campo, cumplir con todos los parámetros de seguridad exigidos, entre otras cosas, que se pueda desalojar el estadio en 12 minutos en caso de emergencia, generar confort ambiental para que aquello no sea un horno sino que tenga la ventilación adecuada”.
Además “tenemos que dar confort para que la gente y sus hijos puedan estar, lugares para niños, etcétera. En definitiva, hacer de esto un centro de dimensión urbana y no un lugar donde la gente se junta para gritar por su cuadro favorito”, sentenció.
Fuente:El Espectador
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