Un carguero espacial ruso no tripulado se ha estrellado en Siberia, en la región de Altai, tras un lanzamiento fallido desde la base de Baikonur, en Kazajstán.
La nave Progress llevaba 2,9 toneladas de suministros para la tripulación de la Estación Espacial Internacional (ISS).
El cohete Soyuz con la Progress en su punta, despegó a las 14 (hora peninsular) y a los cinco minutos y 20 segundos de vuelo se registró un anomalía, perdiendo el centro de control el contacto con la nave, según informa Space.com citando fuentes de la NASA.
El fallo se produjo en la última fase del cohete, que impidió la separación de la nave e el momento debido y esta no pudo alcanzar su órbita prevista.
Después se han localizado los fragmentos de la nave en la región siberiana de Altai, en una zona deshabitada, según han informado las autoridades rusas a France Press.
La separación de la última fase del cohete (último módulo de propulsión) y la nave para culminar la puesta en órbita es una operación crítica que ha provocado la pérdida de varias misiones en la historia del espacio, razón por la cual es normal que los aplausos de celebración en los centros de control se produzcan precisamente cuando se supera ese paso y el satélite o la nave siguen su trayectoria prevista en solitario.
La Progress llevaba alimento, combustible y repuestos a los seis astronautas de la ISS, pero el responsable ruso de la estación ha declarado que, en principio, y a la espera de una evaluación a fondo de la situación, no será necesario evacuar la base orbital ya que allí hay almacenadas suficientes reservas y provisiones para la tripulación hasta que lance la próxima Progress.
Como mucho, los astronautas tendrán que economizar recursos temporalmente. El carguero perdido tenía que haber llegado a la ISS el próximo viernes.
Desde que el mes pasado se canceló definitivamente el programa de los transbordadores de la NASA, la ISS depende de los vehículos de transporte rusos de modo exclusivo cuando se trata llevar y traer a los astronautas y en gran medida cuando se trata de cargas, ya que los cargueros automáticos europeo (ATV) y japonés (HTV) contribuyen en el envío de suministros, pero son menos frecuentes y flexibles que los rusos.
Los Progress se vienen utilizando para llevar suministros a la base orbital, desde que hace diez años llegó allí la primera tripulación.
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