David Cameron sufrió su primer descalabro político de calado desde que llegó a Downing Street con la dimisión de su ideólogo mediático y director de Comunicación del Gobierno, Andy Coulson.
Asediado cada vez más de cerca por el escándalo de las escuchas ilegales del tabloide News of The World, Coulson sigue negando su participación en esas escuchas, que le llevaron ya en 2007 a dejar el periódico que dirigía desde 2003.
Para el primer ministro británico se trata de una baja sensible desde muchos ángulos. Puede minar su autoridad en el partido porque muchos recelaron del fichaje de un periodista que en cualquier momento podía volver a ser rehén de aquel escándalo, como ha acabado ocurriendo.
Pero también por razones más pegadas a la realidad: nacido y criado en la zona obrera de Essex, periodista de tabloide desde siempre, Coulson, de 43 años, conoce muy bien el carácter de las clases populares británicas y cómo influir en ellas, y sabe también relacionarse con la prensa tabloide, que sigue teniendo una enorme influencia política. Cualidades ambas especialmente relevantes en estos tiempos de impopulares recortes de gastos.
Su marcha llega, además, en un momento delicado, cuando el Ejecutivo ha de decidir si aprueba el proyecto del magnate Rupert Murdoch de tomar el control absoluto de su emporio televisivo en Reino Unido o sigue el consejo del regulador de las telecomunicaciones, Ofcom, que propone abrir una investigación más detallada sobre la operación
Desde un punto de vista más anecdótico, la dimisión ha restado impacto a la que tenía que haber sido la noticia del día, la comparecencia por segunda vez del ex primer ministro laborista Tony Blair ante la comisión que investiga la participación de Gran Bretaña en la guerra de Irak.
También contribuye a poner sordina a otra noticia negativa para los laboristas, la dimisión de su portavoz de asuntos del Tesoro, Alan Johnson, por el idilio de su esposa con uno de sus escoltas.
Criticado por su escasa solvencia en asuntos económicos, Johnson no parecía muy cómodo con la política económica defendida por el nuevo líder del laborismo, Ed Miliband.
El escándalo de las escuchas estalló cuando en 2005 el News of The World publicó una noticia sobre el príncipe Guillermo, segundo en la línea de sucesión de la reina Isabel, que hizo pensar que alguien había pinchado su teléfono.
Las sospechas se confirmaron y se supo que no solo el príncipe Guillermo, sino decenas de políticos, deportistas y personajes populares tenían el teléfono pinchado.
En 2007 fueron condenados a penas de cárcel el periodista de News of The World Clive Goodman y el investigador privado Glenn Mulcaire.
Coulson aceptó su responsabilidad como director y dimitió, pero tanto él como el grupo Murdoch mantuvieron que se trataba de un caso aislado y no de una práctica sistemática del diario.
Pero otros medios, en particular The Guardian, siguieron investigando y la fiscalía decidió reabrir el asunto después de que un ex redactor implicara a Coulson en declaraciones a The New York Times.
Documentos hasta entonces no hechos públicos, aunque ya conocidos por la policía, implicaron a uno de los directores adjuntos del diario, Ian Edmondson, que fue suspendido por News of The World hace unas semanas.
Eso multiplicó la presión sobre Coulson porque cuestionaba su postura de que las escuchas habían sido iniciativa únicamente del periodista condenado en 2007.
Andy Coulson acabó presentando el miércoles por la noche su dimisión, aceptada a regañadientes por Cameron y anunciada ayer a mediodía, pero no ha aceptado que conociera las escuchas cuando era director.
"Por desgracia, la continua cobertura de acontecimientos conectados con mi antiguo trabajo en el News of The World ha hecho difícil para mí aportar el 110% que se necesita en este trabajo.
Sigo manteniendo lo que he dicho sobre este asunto pero cuando un portavoz necesita tener un portavoz, es momento de irse", reconoció Coulson en una breve nota.
Cameron se ha declarado muy apenado por su marcha: "Comprendo que las continuas presiones sobre él y su familia le han obligado a hacerlo".
Días atrás, el primer ministro británico se negó a confirmar o desmentir en una entrevista que Coulson había puesto su cargo a su disposición e insistió en que ya había pagado eventuales responsabilidades en el caso cuando dejó la dirección del tabloide y que "todo el mundo merece tener una segunda oportunidad".
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