Un uruguayo se convirtió en el primer ser humano en el mundo, en poder controlar manualmente la posibilidad de tragar a través de un dispositivo. Había perdido esa capacidad tras sufrir cáncer de amígdalas.
Desde hace más de dos años y tras someterse a quimio y radioterapia para tratar su enfermedad, un uruguayo de 56 años -que solicitó a El País a través de su familia y su médico mantener su nombre en reserva- perdió la capacidad de comer o beber.
Debía alimentarse a través de un tubo.
Fue el propio paciente quien se contactó con el sistema de salud de la Universidad de California-Davis (UC Davis), en Estados Unidos de América, por su experiencia en el tratamiento de trastornos de la voz y de la deglución.
Allí, Peter Belafsky, director del área de Voz y Deglución, venía desarrollando desde hace cinco años un dispositivo que, justamente, permitiera tragar a personas que no podían hacerlo.
Con tecnología desarrollada en la propia universidad, Belafsky logró diseñar un equipo después de haber probado varios prototipos. Las primeras versiones usaban imanes.
Luego llegó a esta última que permite un control manual del esfínter esofágico superior, inspirado en las perforaciones de las orejas que se efectuaron sus dos hijas.
"Desarrollamos un implemento que es como el tornillo de una caravana y que sobresale un cuarto de pulgada (0,6 centímetros) por sobre la piel, muy parecido a un piercing", explicó Belafsky en un comunicado de la UC Davis. El dispositivo tiene también una varilla de titanio, cosida al esqueleto cartilaginoso de la laringe.
La eficacia y seguridad del equipo fue probada primero en animales y cadáveres, antes de implantarlo en el paciente uruguayo.
El procedimiento fue autorizado por el Ministerio de Salud Pública (MSP), dijo al diario El País el Dr. Jorge Carrau, otorrinolaringólogo que trata al paciente en Uruguay y que estuvo presente en la intervención quirúrgica.
"El paciente tenía mucho entusiasmo en intentarlo", contó.
La colocación del dispositivo se concretó en agosto en una mutualista de Montevideo.
El procedimiento demandó 45 minutos y fue efectuado por Belafsky y Gregory Farwell, otro profesor de Otorrinolaringología de la UC Davis.
Luego, debieron esperar un par de meses para que el paciente comenzara a utilizar el equipo, ya que primero debían cerciorarse de que el sitio donde habían efectuado la incisión había curado por completo y que el dispositivo, situado justo encima de la glándula tiroides, estaba bien integrado al cartílago.
Esa tarea la hicieron en coordinación con médicos uruguayos.
"Hemos posibilitado a nuestro paciente que de forma segura y sin dolor tire del dispositivo para mover la laringe hacia adelante, abra el esófago y permita el pasaje de líquidos y alimentos", señaló Belafsky.
"Es la primera vez que una persona ha sido capaz de controlar manualmente la entrada al esófago", agregó.
A mediados de noviembre, el paciente fue junto a Carrau a Sacramento, California, donde le practicaron una serie de evaluaciones para analizar su evolución. Entre ellas chequearon su capacidad de tragar a través de rayos X.
Carrau, su médico en Uruguay, dijo que el paciente evoluciona de forma "satisfactoria. Está todavía con líquidos y en una etapa de reorganización del mecanismo de tragar, un readiestramiento", señaló.
"Es una técnica en etapa de aprendizaje y debemos ser cautos en no generar falsas expectativas. Estamos aún en un período de plena evaluación. Es un método que no será aplicable a todos los pacientes con estas dificultades", agregó.
Tras los estudios, Belafsky afirmó que el dispositivo "experimental" tuvo "cierto éxito" y podría llegar a ser utilizado como tratamiento de decenas de miles de pacientes con trastornos para tragar.
"La mayoría de nosotros ni siquiera pensamos en los complejos procesos físicos detrás de comer y tragar", dijo Belafsky.
"No ser capaz de tragar es realmente un problema que altera la vida. Soy muy optimista de que este pequeño dispositivo biomédico ayude a restaurar la calidad de vida de la gran cantidad de personas que sufren de graves problemas para tragar", añadió.
Además, dijo ser "optimista" en poder iniciar pruebas clínicas en Estados Unidos de América.
Los trastornos severos o la imposibilidad de tragar son problemas de salud frecuentes y costosos, según el Instituto Nacional de Trastornos Neurológicos y Accidentes Cerebrovasculares de Estados Unidos de América.
Las complicaciones por estos trastornos son variadas e incluyen deshidratación, neumonía, desnutrición, depresión e incluso, la muerte, según la UC Davis.
El problema puede ser causado, además de por enfermedades oncológicas, por Alzheimer y Parkinson, entre otras patologías.
En Estados Unidos de América se estima que 16,5 millones de personas pueden necesitar tratamiento por tener serias dificultades para tragar o estar impedidos.
Actualmente, según señaló la Universidad, hay disponibles variedad de procedimientos quirúrgicos para mejorar la función de tragar, pero los tratamientos son invasivos y sólo pueden proporcionar un alivio parcial, y no a un porcentaje significativo de quienes sufren este trastorno.
Un paciente uruguayo, actualmente de 56 años, perdió la capacidad de tragar tras haber sufrido cáncer de amígdalas y someterse a quimio y radioterapia.
Expertos de California.
El propio paciente fue quien se contactó con los expertos de UC Davis, quienes desarrollaban un prototipo de un dispositivo para permitir tragar a personas impedidas de hacerlo.
Evolución satisfactoria.
Se lo implantaron y evoluciona favorablemente.
Fuente:El País
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