El próximo miércoles 24 de noviembre 2010, Ediciones de la Plaza va a proceder al lanzamiento de un libro de mi autoría. Se realizará en el Club Banco Comercial, en Montevideo, a las 19:30 horas y quiero a través de estas líneas invitarlos a ustedes, lectores, a acompañarnos.
Jorge Batlle, el Ministro de Turismo y Deportes Héctor Lescano y Ruben Loza Aguerrebere harán la presentación.
La idea surge en octubre del año 2005; los últimos días de vida del “Bebe” Pacheco, de Pachequito como lo conocía la grey turfística, quien es el personaje central.
Me pareció que de alguna manera quienes formábamos parte de su entorno, debíamos agradecerle todo lo que nos había dado.
Para mi fue, a su tiempo y a veces en forma simultánea, Padre, Abuelo, y siempre, Amigo.
Estoy seguro que para los suyos fue, también o hizo las veces de padre o abuelo, además de amigo.
Lo conocí los últimos quince años de su vida, les aseguro que los suficientes para aprender mucho de la vida y consecuentemente, madurar.
Esos últimos días que los vivió en una residencia para adultos mayores advertí que su vida se escapaba y pensé que en algún momento alguien tenía que recoger sus enseñanzas y sus anécdotas.
Que su rica experiencia de vida y sus sabios conocimientos del turf, merecían la elaboración de un modesto eslabón para que la cadena no se rompa y poder sortear las dificultades del mañana a través de sus aportes.
Para retribuirle a la afición turfística, que es el sostén principal de esta actividad, sin cuya presencia nada tendría sentido, aunque sea una parte de lo mucho que el turf le debe.
Esa afición que cada año busca el ídolo que le permita tener un caballo para admirar, del que se pueda hablar, discutir, comparar, pelear y apostar, porque aun cuando pague un dividendo exiguo permite pasar por la ventanilla de cobro.
Estoy seguro que quienes lo conocieron en buena parte de estas páginas se van a sentir identificados y lo van a recordar en su mundo, en su circunstancia, en sus ganas de vivir.
Ojalá también que quienes no lo conocieron y son amantes del turf, puedan cosechar de sus enseñanzas lecciones que les ayuden a crecer y madurar.
Y que quienes están lejos de la causa hípica sientan, aunque sea por un instante, que el turf es mucho más y mucho mejor, de lo que tanta gente cree.
Porque bueno es rescatar que en materia de carreras Pachequito fue un hombre de tres siglos.
De su tío abuelo Jorge Pacheco aprendió e incorporó a su enorme caudal de conocimientos todo lo que fue el turf de fines del siglo XIX.
El resultó uno de los grandes protagonistas del XX y llegó a participar en la reinauguración de Maroñas del siglo XXI, ver correr a Team y alegrarse como nos alegramos todos los que adherimos a la causa hípica que un grande como Invasor, haya sido propiedad de los hermanos Vío y de Pablo Hernández.
Es una forma también de agradecerle a Pachequito por el enorme afecto que sin tasa ni medida, brindó a quienes forman parte de mi familia.
Por haberse acercado a María y a Francisco como si fueran sus nietos, dejándoles una marca indeleble porque a pesar de la edad que tenían entonces, lo recuerdan con cariño. Por haber sido tan grata compañía en el teléfono.
Por haberme honrado con su voto no obstante su indiscutible tradición colorada, con tanto afecto y confianza que hasta el último día tuvo la lista como centinela sobre la mesita de luz.
Por haber vivido, disfrutado y sufrido unas horas más con tal de saber que Mr. Carey había ganado en su reprise.
Los espero el miércoles 24.
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