El gobierno israelí ha decidido suavizar el bloqueo impuesto sobre Gaza. Aún no han sido anunciadas las nuevas condiciones, pero el acuerdo alcanzado con el representante internacional el británico Tony Blair implicaba la sustitución de la lista de "productos permitidos" por otra de "productos prohibidos", lo que, en principio, debería permitir que entraran en la Franja prácticamente todo tipo de alimentos y medicamentos, así como materiales de construcción siempre que su uso fuera supervisado por Naciones Unidas.
La presión internacional, muy intensa desde que murieron nueve activistas turcos en el asalto israelí a una flotilla civil que intentaba romper el bloqueo, ha forzado a Benyamin Netanyahu a abrir un poco el puño con el que desde hace 4 años y en especial desde 2007, cuando el grupo islamista armado Hamas tomó el poder en la Franja, la población de Gaza es sometida al encierro y a un estricto racionamiento.
Los problemas de Gaza
"Se ha decidido liberalizar el sistema por el que los productos civiles entran en Gaza y ampliar el flujo de materiales para proyectos civiles (de construcción) que se sometan a la supervisión internacional", dice un escueto comunicado gubernamental, que no especifica ninguno de los productos prohibidos, aunque sí que subraya que mantiene la prohibición de la entrada de bienes que puedan ser utilizados con fines militares.
El Gabinete de Seguridad subraya que continuarán los "procedimientos de seguridad existentes para impedir la entrada de armas y de material de guerra" y que "en los próximos días, el Gobierno decidirá los pasos adicionales que se deben tomar para hacer efectiva esta política".
En todo caso, este anuncio parece indicar que Israel va a permitir que organizaciones internacionales como la ONU importen materiales que antes estaban prohibidos y que son fundamentales para la reconstrucción de Gaza.
Se presume que entre los productos que Israel permitirá atravesar los pasos fronterizos controlados por su Ejército está el cemento, vetado hasta ahora, lo que ha dificultado la reconstrucción y reparación de las viviendas dañadas por la ofensiva que llevó a cabo el Ejército israelí en la Franja entre diciembre de 2008 y enero de 2009. El anuncio tampoco hace mención alguna a un levantamiento del bloqueo por mar al enclave.
La semana pasada Israel dio los primeros pasos hacia una apertura de las restricciones y anunció que permitiría la entrada de refrescos, zumos, frutas en conserva, galletas, aperitivos y patatas fritas, algo que los palestinos consideraban insuficiente.
Pero si las fronteras continúan cerradas y el bloqueo naval se mantiene, la vida en Gaza no cambiará de forma apreciable.
Hasta ahora, los productos que no eran suministrados por Israel han venido entrando por la red clandestina de túneles que comunica la Franja con Egipto por debajo de la frontera de Rafah.
Los problemas fundamentales son el encierro físico, con todas sus consecuencias; la falta de repuestos y mantenimiento para el material hospitalario la pobreza, que ha empezado a generar numerosos casos de malnutrición y la escasez y depauperación de las viviendas por falta de materiales de construcción.
Israel impide que Gaza importe productos como hormigón y tubos porque considera que Hamas los utiliza para construir búnkeres militares y cohetes.
El movimiento islamista ha reaccionado a la decisión de Israel de suavizar el bloqueo diciendo que algunos de los productos cuya entrada ya no va a estar prohibida son "triviales y secundarios" y que lo que debe hacer el Estado israelí es poner fin al embargo, informa Reuters.
El portavoz de Hamás, Sami Abu Zuhri, ha afirmado que "lo que se necesita es el levantamiento total del bloqueo" porque "los bienes y las personas deben ser libres de entrar y salir" de la Franja.
"Gaza necesita especialmente materiales para la construcción, que se debe permitir que lleguen sin restricciones", ha subrayado Zuhri, que ha calificado esta medida de Israel de "propaganda mediática".
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