Gilmar Mendes, de 63 años, es juez del Supremo Tribunal Federal (STF) desde 2002, cuando el entonces presidente Fernando Henrique Cardoso, a quien asesoró como jurista, lo nombró magistrado en la máxima corte de justicia de Brasil, de 11 miembros. Por años duro crítico del Partido de los Trabajadores (PT), del que llegó a afirmar que aplicó un “método delictivo de gobierno para mantenerse en el poder”, Mendes fue el juez que emitió el voto más político en favor de la decisión de la corte que, por un ajustado 6 a 5 y tras un intenso debate, abrió el camino para que el ex presidente Luis Inácio Lula Da Silva
fuera liberado, algo que le valió pedidos de destitución y agrias acusaciones en redes sociales.